La contaminación del aire se ha convertido en un problema de salud pública de creciente preocupación debido a su impacto en la inflamación y sus consecuencias para la salud.
A medida que el cambio climático provoca incendios forestales y aumenta la circulación de vehículos que queman combustibles fósiles, los científicos están profundizando en cómo la inhalación de aire contaminado afecta al sistema inmunológico y su capacidad para regular la inflamación.
Destacan la necesidad de regulaciones más rigurosas para reducir la contaminación del aire, pautas claras para proteger a las personas de las exposiciones y alertas sobre el uso de mascarillas o el resguardo en interiores.
La contaminación del aire proviene de diversas fuentes, incluyendo la quema de combustibles fósiles, incendios forestales, erupciones volcánicas y tormentas de arena, y algunos de sus componentes son extremadamente dañinas para la salud.
Te puede interesar: ¿Piquetes de chinches transmiten enfermedades?
Estudios han relacionado la exposición crónica a la contaminación del aire con enfermedades respiratorias, cardiovasculares, neurológicas, cáncer y mortalidad prematura.
Investigaciones han señalado tasas más altas de infección, complicaciones y muertes por Covid-19 en lugares con niveles elevados de contaminación del aire.
Si bien estudios han demostrado que la exposición crónica a la contaminación del aire se asocia con niveles elevados de moléculas inflamatorias en la sangre, comprender los detalles precisos es desafiante debido a las variaciones naturales en el sistema inmunológico.
Sugiere que las personas expuestas crónicamente a la contaminación del aire pueden experimentar respuestas inmunitarias irregulares ante amenazas, lo que podría contribuir a enfermedades cardíacas, pulmonares y otros problemas de salud.