El reciente caso de un estudiante de secundaria que presuntamente utilizó inteligencia artificial para manipular fotografías de sus compañeras y compañeros ha encendido las alertas en Zacatecas sobre los vacíos legales y éticos que rodean el uso de estas tecnologías.
El hecho habría ocurrido en la Secundaria Técnica 1, ubicada en el Boulevard López Mateos, donde según reportes locales más de 400 menores podrían haber sido afectados.
De acuerdo con versiones de familiares, el joven tomaba fotografías a escondidas, incluso frente a los baños, y después usaba programas de IA para colocar los rostros de sus compañeros en cuerpos ajenos, generando imágenes de contenido sexual que se difundieron en redes como Instagram.
Padres y madres denuncian que la dirección del plantel restó gravedad al caso y no aplicó protocolos de protección ni acompañamiento psicológico a las víctimas.
La situación derivó en denuncias ante la Fiscalía estatal, que ya investiga los hechos. Más allá del caso puntual, el episodio plantea una discusión urgente: ¿qué herramientas tienen las escuelas para enfrentar los nuevos tipos de violencia digital?
La manipulación de imágenes mediante IA, cada vez más accesible, abre un terreno inexplorado donde el acoso adopta formas invisibles y profundamente invasivas. En Zacatecas, la comunidad escolar vive ahora las consecuencias de esa ausencia de regulación y educación digital.