De acuerdo con información de la Secretaría de Medio Ambiente de Michoacán (Secma), el abatimiento de los acuíferos subterráneos por deforestación en las principales zonas de recarga ocasionaron que el 30 % de las huertas de aguacate de Michoacán y Jalisco presenten estrés por falta de agua desde principios de 2023.

Hasta hace poco, las huertas de aguacate se habían mantenido “a salvo” por la perforación ilegal de pozos profundos para el riego de las huertas, por lo que incluso habían recurrido a sistemas de cañones antigranizo para inhibir la lluvia en regiones de producción.

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En 2023, la falta de lluvias, el escaso rendimiento de los pozos y la disminución del almacenamiento en represas impactó directamente a los monocultivos de alto rendimiento, como el caso del aguacate y las berries.

El panorama para el 2024 no es alentador; el pronóstico refiere la presencia del fenómeno de El Niño con disminución en las lluvias e incremento de las temperaturas.

El aguacate no es el único afectado, informes de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural refieren más de 60 mil hectáreas de granos afectados, principalmente en la región del Bajío, entre los límites de Michoacán y Guanajuato.