Cuando lo popular de convierte en arte
evangelio | 11 octubre, 2023

Nunca antes había sido tan delgada la frontera entre la alta cultura y la conocida como cultura popular, la relación entre ambas concepciones cada vez encuentra más puntos en común y las definiciones se confunden. La palabra artista puede servir tanto para hablar de Picasso como de Madonna.

La culpa de la indistinción la tiene la invasión de lo “popular” en un terreno que se consideraba prácticamente intocable.

¿Qué es realmente lo “popular”?

Se puede pensar que tiene que ver con todo aquello que concierne a la cultura de masas, se podría decir que es sinónimo de folclore, tradición y celebridad.

El imaginario de la nación se sitúa en aquellos grupos que no tienen o que no tenían representación política; a menor representación política, mayor imaginación simbólica.

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Por ejemplo, con la Revolución Francesa se empieza a entender qué significa el pueblo francés, y para ello no se busca en el París de los ciudadanos, sino en los sitios recónditos de la nación se encuentran los signos de una supuesta imaginación popular.

Los tópicos nacionales, la música, la forma de vestir, los lugares comunes, pertenecen a grupos marginales y estigmatizados; en Estados Unidos la mayoría de esas nociones provienen de la población afrodescendiente;en España, los gitanos, son los máximos exponentes de la cultura del flamenco, los toros y lo popular español.

Los alguna vez relegados de la sociedad, son quienes han contribuido a la formación de imaginarios como la cultura funky o rock and roll.

Y la historia se repite, la identificación de las clases “populares” con cierto tipo de símbolos, llámese música, ropa, lenguaje, poco a poco empuja hacia lo común y es adoptado socialmente, de manera gradual, hasta que se convierte en un convencionalismo identificado como arte.

 

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