El gobierno de Cuba calificó este martes como un avance positivo la decisión de Estados Unidos de retirar a la isla de su lista de países patrocinadores del terrorismo.
Sin embargo, enfatizó que la medida es limitada y no aborda el problema fundamental del bloqueo económico vigente.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba destacó que la exclusión del listado permite el uso de prerrogativas presidenciales para evitar demandas bajo el Título III de la ley Helms-Burton y la eliminación de restricciones a ciertas entidades cubanas.
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Aun así, el comunicado subrayó que esas acciones son una corrección necesaria a políticas coercitivas que han impactado severamente la economía de la isla y la calidad de vida de su población.
Cuba alertó que, a pesar de los cambios, las sanciones que afectan las transacciones financieras internacionales y la prohibición de comercio y turismo por parte de ciudadanos y empresas estadounidenses continúan en vigor.
“La guerra económica permanece y persiste en plantear el obstáculo fundamental al desarrollo y la recuperación de la economía cubana”, se lee en el texto.
El gobierno cubano también hizo hincapié en que la decisión llega en un momento crítico, coincidiendo con el cambio de gobierno en Estados Unidos, lo que plantea el riesgo de que las medidas sean revertidas en el futuro.
Además, reiteró su disposición a establecer una relación basada en el respeto mutuo y la no injerencia, al tiempo que denunció la política de bloqueo y las operaciones de desinformación impulsadas desde Washington.