Decenas de miles de israelíes se congregaron el sábado en Tel Aviv para rechazar el plan del gobierno de Benjamin Netanyahu de tomar el control militar de la franja de Gaza, la más grande del enclave palestino.

Las protestas, de una magnitud similar a éstas en meses recientes, contaron con más de 100 mil participantes según organizadores, incluyendo numerosas familias de rehenes.

Los manifestantes alzaron pancartas con fotos de los 50 rehenes aún cautivos, de los cuales sólo unos 20 se cree siguen con vida, y exigieron un alto al fuego inmediato así como la liberación de los cautivos.

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El enorme descontento se vio motivado también por las advertencias de la ONU sobre el hambre generalizada en Gaza, donde ya han muerto al menos 217 personas, entre ellas 100 niños, debido a la inanición.

El plan aprobado por el gabinete de seguridad prevé obligar a la evacuación de hasta un millón de gazatíes antes del 7 de octubre, fecha simbólica que conmemora el segundo aniversario del ataque de Hamás en 2023.

Naciones como Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y otros países europeos han expresado una firme condena a la operación, alertando sobre sus graves riesgos humanitarios y legales.

En paralelo, se informó que el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará una reunión de urgencia este domingo para debatir tanto el plan de ocupación como la crisis alimentaria en Gaza.