Descifran el sacrificio masivo de niños en el Templo Mayor
evangelio | 30 noviembre, 2024

Durante una excavación del Templo Mayor de la Ciudad de México en la década de 1980, arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron una fosa común con los restos de al menos 42 niños que habían sido sacrificados en honor al dios de la lluvia Tláloc.

Sin embargo, hasta ahora, los expertos no habían podido determinar la causa detrás de esta ofrenda.

Después de décadas de misterio, los científicos lograron descifrar finalmente que los mexicas realizaron tal sacrificio con la intención de poner fin a una brutal sequía que desató el caos en la cuenca de México, según anunció Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, en el reciente IX Encuentro Libertar por el saber, titulado “Agua y vida”.

Una lápida calendárica en la parte oriental del Templo Mayor, ubicada en la etapa IV y IV de la estructura, con la fecha 1454 d. C., corresponde con la ofrenda masiva encontrada, que a su vez coincidió con la gran sequía de 1452 a 1454 en el centro de México, destacó.

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“En un primer momento, el Estado mexica intentó mitigar sus efectos abriendo las trojes reales para redistribuir el alimento entre las clases más necesitadas, al tiempo que realizó sacrificios multitudinarios de niños en el Templo Mayor para calmar la furia de los tlaloques”, indicó el especialista, en referencia a las criaturas mitológicas encargadas de repartir la lluvia en vasijas.

Tal estrategia fue utilizada durante un tiempo para hacer frente a la adversidad, pero la excesiva duración de la sequía volvió vulnerable al aparato estatal, señaló.

Y agregó que la hambruna y las plagas obligaron a familias enteras a vender a sus hijos a cambio de provisiones.

¿Cómo se encontraban los restos descubiertos?

Los primeros restos óseos estaban dispuestos boca arriba y con las extremidades contraídas, dentro de unas cajas de sillares de 170 x 111 centímetros ubicadas sobre una capa de arena marina.

Por encima de ellos, los sacerdotes encargados del ritual religioso colocaron más cuerpos y los salpicaron con pigmento azul.

Además, agregaron varias calabazas, elementos marinos, pequeñas aves, una navaja de obsidiana, copal y once esculturas hechas con rocas volcánicas tezontle, que imitan jarras con el rostro de Tláloc.

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