El gobernador de Texas ordenó el despliegue de la Guardia Nacional en Austin, la capital del estado, ante la convocatoria de una jornada nacional de protestas en rechazo a la administración de Donald Trump, prevista para este sábado.
A través de un comunicado, el mandatario estatal advirtió que no se permitirá la violencia ni la destrucción de propiedad, y aseguró que las fuerzas de seguridad arrestarán a quienes cometan actos vandálicos durante las manifestaciones.
La movilización forma parte de la segunda edición del movimiento “No Kings” (Sin Reyes), impulsado por organizaciones civiles, sindicatos y grupos en defensa de los derechos humanos. Se prevé que haya más de 2 mil concentraciones en todo el país, incluyendo Washington D.C. y distintas ciudades texanas.
La primera ola de protestas, realizada en junio, transcurrió de forma pacífica, aunque en aquella ocasión también se movilizaron tropas de la Guardia Nacional como medida preventiva.
El mandatario estatal, al igual que otros líderes republicanos, ha señalado, sin presentar evidencia, posibles vínculos entre las protestas y el movimiento “Antifa”, al que el Gobierno de Trump llegó a catalogar como organización terrorista.
El senador Ted Cruz pidió incluso al Gobierno federal investigar la financiación de los grupos convocantes. No obstante, expertos y organizaciones como el Southern Poverty Law Center (SPLC) han aclarado que Antifa no es una organización formal, sino un movimiento descentralizado integrado por colectivos y personas con ideas antifascistas y, en algunos casos, anarquistas o socialistas.
El Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos ha explicado que no existe una ley de terrorismo doméstico que permita designar a un grupo como tal, por lo que el decreto firmado por Trump en septiembre pasado no tiene efectos jurídicos claros.
 
                             
                        