Despliegue estatal deja a Morelia con menor presencia policial
evangelio | 1 noviembre, 2025

La noche más esperada del año en Michoacán dejó también una capital más sola.

Con motivo de las celebraciones de Noche de Muertos, alrededor de 200 elementos de la Guardia Civil y de la Policía Morelia fueron desmovilizados temporalmente de sus funciones regulares para reforzar los operativos de vigilancia en la capital y sus tenencias. La medida, orientada a garantizar la seguridad de turistas y visitantes, terminó alterando la distribución habitual de fuerzas y reduciendo la presencia policial en varios sectores urbanos.

De acuerdo con fuentes consultadas, la reubicación de elementos se concentró principalmente en zonas de alta afluencia como el Centro Histórico, Capula, Santa María y las rutas de acceso hacia Pátzcuaro y Cuitzeo. En esas áreas se desplegaron patrullas, retenes móviles y recorridos a pie, mientras que en colonias periféricas y fraccionamientos de la zona norte, como Villas del Pedregal, Ciudad Jardín y La Huerta, el patrullaje disminuyó de forma notoria durante el fin de semana.

Aunque el dispositivo estatal cumplió su objetivo de mantener la estabilidad durante los festejos, el repliegue parcial de efectivos en la capital reavivó un debate interno: ¿puede Morelia sostener su seguridad sin comprometer la de su entorno turístico? Autoridades municipales reconocieron que, ante la magnitud del evento, fue necesario redirigir recursos humanos, pero aseguraron que los sectores más sensibles se mantuvieron bajo monitoreo constante a través del C5i.

La Guardia Civil, por su parte, reportó que el despliegue especial en los panteones, carreteras y zonas lacustres permitió contener cualquier incidente de alto riesgo. Sin embargo, algunos vecinos de la periferia denunciaron una sensación de abandono temporal: menos rondines, demoras en la atención de reportes y una visibilidad casi nula de patrullas durante las noches del 31 de octubre y 1 de noviembre.

De acuerdo con datos municipales, la Policía Morelia cuenta con poco más de 800 agentes activos, de los cuales cerca del 25 % fue reasignado a tareas especiales durante las celebraciones. La proporción evidencia la fragilidad operativa de una corporación que todavía no alcanza los estándares mínimos recomendados por el Secretariado Ejecutivo, que sugiere al menos 1.8 policías por cada mil habitantes.

El episodio revela una debilidad que se repite en cada temporada alta; la necesidad de reacomodar la fuerza pública ante eventos turísticos masivos, dejando vacíos operativos en la capital. Mientras las autoridades evalúan los resultados del operativo, persiste la pregunta de fondo: cómo equilibrar la proyección turística de Morelia con la seguridad de quienes la habitan todo el año.

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