El presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró su llamado a la población al “orden y rectitud” en Acapulco con el fin, dijo, de “alcanzar la hazaña de poner a Acapulco de pie”, e informó sobre la situación actual en la zona, destacando la limpieza, la evacuación de turistas y entrega de víveres.

El mensaje se da en un contexto en el que crece la desesperación y frustración por falta de servicios básicos, aunque el restablecimiento de la energía eléctrica se consiguió más pronto de lo estimado, luego del paso del huracán “Otis”.

El miércoles, “Otis” entró a Acapulco como huracán categoría 5 y a su paso dejó 45 personas muertas y 47 desaparecidos, según reportes del Gobierno mexicano.

El pueblo de Acapulco, dijo el presidente, siempre es “muy solidario y luchador”, y los conminó a seguir así “para que en estos momentos difíciles sigamos actuando con rectitud y orden”.

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López Obrador destaca avances

Esta mañana, en conferencia de prensa matutina, el mandatario reiteró su mensaje y aseguró que la actividad económica, turística y comercial se reactivará pronto.

En comunicación con la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, se dijo que la limpieza de calles y otras vialidades avanza rápidamente: “Aquí ya tenemos todo completamente transitable, salvo algunos residuos que se tienen que retirar (piedras, ramas), pero la mayoría de las avenidas ya se encuentran abiertas”.

Vía telefónica con el mandatario, el secretario de Marina, almirante José Rafael Ojeda Durán, dijo que todos los turistas fueron evacuados desde el domingo.

Por su parte, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dijo que se han hecho llegar a la población 34 mil 954 despensas y 83 mil 572 litros de agua, mientras que el Centro de Acopio Mundo Imperial tiene para repartir este lunes 13 mil 553 despensas, así como 180 mil 853 litros de agua.

El viernes 27 de octubre llegaron a Acapulco unos 10 mil agentes del Ejército mexicano, de la Marina y la Guardia Nacional (GN) para apoyar en las tareas de limpieza, pero sobre todo a poner orden entre una población desesperada y desalentar posibles saqueos o actos delictivos.