Los dos principales funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) fueron destituidos esta semana debido a la fuerte disminución en los arrestos de migrantes irregulares, una situación que la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, atribuyó a la falta de resultados.
Mientras en enero se registraron 800 detenciones diarias, en febrero esa cifra cayó a menos de 600.
El exjefe de gabinete del ICE durante la administración de Joe Biden, Jason Houser, criticó la actual estrategia de aplicación de la ley, señalando que se ha priorizado el arresto de personas no criminales en lugar de enfocarse en delitos más graves.
“Hay mucho espectáculo en la administración Trump”, expresó Houser.
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Las detenciones se encuentran muy por debajo del objetivo establecido durante la administración Trump, que buscaba entre mil 200 y mil 500 arrestos diarios.
A pesar de ser uno de los periodos más tranquilos en la frontera entre Estados Unidos y México, el Departamento de Defensa envió 3 mil 600 militares para patrullar la zona.
Desde finales de enero, los agentes en el sector texano han arrestado a menos de 50 personas al día, una disminución en comparación con los 5 mil migrantes que se entregaban diariamente a la Patrulla Fronteriza a comienzos del año.
La caída en los arrestos ha sido influenciada por la intensificación de vigilancia en México y las nuevas políticas de asilo implementadas por el gobierno de Biden.
Los detenidos por el ICE serán trasladados a diversas prisiones federales en el país, mientras en la Ciudad de Nueva York, manifestantes exigieron la abolición de los nuevos protocolos del ICE y criticaron las políticas migratorias de Trump.