En una acción coordinada durante la mañana de este martes 29 de abril, autoridades de los tres niveles de gobierno detuvieron a 17 presuntos integrantes de un grupo criminal que operaba en la comunidad de José María Morelos, municipio de Zinapécuaro.
El operativo, ejecutado por la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Guardia Civil, es considerado uno de los mayores golpes al crimen organizado en la región oriente de Michoacán en lo que va del año.
Durante la incursión, las fuerzas de seguridad aseguraron 14 fusiles de asalto, tres aditamentos lanzagranadas, tres granadas calibre .40, un vehículo, dos motocicletas, así como uniformes y equipo táctico.
Según los primeros reportes, los detenidos no ofrecieron resistencia armada al momento de su captura, aunque se mantenían apostados en un punto estratégico de vigilancia, lo que sugiere que tenían control territorial sobre parte de la zona.
Los 17 sujetos fueron trasladados bajo un fuerte dispositivo de seguridad a las instalaciones de la Fiscalía General de la República en Morelia, donde quedaron a disposición del Ministerio Público Federal.
Se espera que en las próximas horas se les determine situación jurídica por delitos relacionados con portación de armas de uso exclusivo del Ejército y delincuencia organizada.
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Zinapécuaro ha sido señalado en múltiples ocasiones por su papel como corredor logístico entre la Tierra Caliente y el Valle de Morelia. Su ubicación lo convierte en un punto clave para el trasiego de armas, drogas y personas.
En meses recientes, las autoridades han redoblado los patrullajes y operativos en comunidades rurales donde se presume que operan células delictivas que mantienen enfrentamientos por el control territorial.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Michoacán reportó 203 homicidios dolosos durante marzo, y más de 530 en el primer trimestre de 2025.
Aunque las autoridades han incrementado detenciones y aseguramientos en distintos puntos del estado, la percepción de inseguridad se mantiene alta en amplias zonas del interior.
La captura masiva en José María Morelos es, sin duda, un avance operativo. Pero la experiencia reciente obliga a una lectura más amplia: los golpes tácticos pueden reducir momentáneamente la presión, pero no sustituyen a una estrategia de control territorial sostenido.
En regiones donde el vacío de Estado ha sido norma, una detención no siempre basta para devolver la calma.