Diego Rivera vive en el Museo del Palacio de Bellas Artes
evangelio | 28 junio, 2024

En marzo de 1933, Diego Rivera comenzó uno de los proyectos más controvertidos de su carrera al pintar “El hombre en la encrucijada” en el vestíbulo principal del Centro Rockefeller en Nueva York.

Sin embargo, meses después, el fresco fue censurado y destruido por los contratistas del edificio debido a diferencias políticas. Rivera posteriormente creó una segunda versión adaptada en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México en noviembre de 1934, dándole así una nueva vida al mural originalmente destruido.

Casi 90 años después, el Museo del Palacio de Bellas Artes presenta la exposición “Diego Rivera. Nueva vida a un mural destruido 1933/1934”, la cual ofrece una revisión historiográfica del proceso creativo del mural. La muestra incluye más de 30 piezas, algunas de las cuales Rivera creó tras su visita a Moscú en 1927.

El propósito de la exposición es profundizar en la historia de dicho emblemático mural de la colección permanente del museo en su 90 aniversario, así como explorar la figura del artista mexicano y su relevancia en la actualidad.

El mural, ubicado en la segunda planta del Palacio de Bellas Artes, refleja los ideales políticos de Rivera, su visión de la lucha entre las clases sociales, y sirve como testimonio de su tiempo, en el que se buscaban nuevas formas de organización social y política ante la amenaza de sistemas totalitarios.

El hombre en la encrucijada

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Además, la exposición invita a reflexionar sobre la libertad de expresión frente a la censura y el papel de las instituciones en la preservación del patrimonio artístico.

Para adentrarse en ese recorrido por la historia, la exposición se enriquece con los primeros bosquejos del mural “El Hombre en la Encrucijada”, además de fotografías de Tina Modotti y Lucienne Bloch, junto con materiales fílmicos, de audio y periódicos que se han reunido por primera vez en una exposición en las salas del museo colindantes al mural “El Hombre Controlador del Universo”.

En 1931, Nelson Rockefeller encargó la creación de tres grandes pinturas para el vestíbulo de Radio City en Nueva York. Invitó a tres destacados artistas de renombre internacional: Pablo Picasso, Henri Matisse y Diego Rivera, siendo este último el único que aceptó el encargo.

Tras presentar los bocetos y revisar el proyecto, Rivera optó por realizar la obra en técnica de fresco, desafiando las restricciones de color impuestas por los contratistas del edificio.

El tema central del mural sería “El Hombre en la Encrucijada”, un símbolo de esperanza y visión de un futuro mejor; no obstante, antes de su finalización, Rivera decidió incluir el rostro de Vladimir Lenin y otros líderes socialistas, lo que provocó la censura y la posterior destrucción del mural en 1934 por orden del empresario debido a divergencias políticas.

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