El vampiro más famoso de la historia vuelve al cine, y lo hace de una forma más oscura, más cruel, más brutal y más monstruosa en Drácula: Mar de sangre.
La cinta se centra en el capítulo siete del libro de Bram Stoker, en el que se narra el traslado de 24 cajas de madera, desde la Ciudad de Varna, en Bulgaria, hasta el puerto de Whitby, en Reino Unido, así como de los sucesos que se vivieron a bordo del barco Demeter.
El actor estadounidense Corey Hawkins, conocido por su actuación en la serie The Walking Dead, comentó: “La gente quiere saber más sobre Drácula, (…) en esta ocasión lo vamos a ver como el monstruo, algo que aún no hemos visto y que rompe con la típica historia del Conde”.
El filme es dirigido por el noruego André Øvredal, y complementan su reparto Aisling Franciosi, Liam Cunningham, David Dastmalchian, Chris Walley, Woody Norman y Javier Botet, el actor español diagnosticado con el síndrome Marfan, que le provoca una altura y delgadez extrema, que tuvo la responsabilidad de encarnar a Drácula.
La película fue filmada en Malta y Berlín y producida por Universal Pictures, un estudio cuya historia se remonta a 1912 y desde el inicio apostó por las cintas de terror.