El sur de Brasil sigue conmocionado más de un mes después de las devastadoras inundaciones que azotaron la región, dejando a su paso un rastro de destrucción y desolación, con al menos 169 personas fallecidas y 56 desaparecidas.

Pero no sólo los seres humanos fueron afectados por el desastre natural; miles de animales también sufrieron las consecuencias de las inundaciones, quedando atrapados, separados de sus dueños o en peligro de perder sus vidas.

Las imágenes de perros luchando por salvarse en tejados de casas inundadas y de bomberos rescatando animales varados conmovieron al mundo entero. Incluso ahora, con las aguas retrocediendo, la situación de los animales continúa siendo una preocupación.

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Más de 12 mil 500 animales domésticos han sido rescatados desde el inicio de la crisis, pero la tarea de retornarlos a sus dueños se ha vuelto compleja debido a la falta de información precisa sobre su procedencia.

Con calles y casas cubiertas por el agua, los equipos de rescate enfrentan dificultades para identificar a qué hogar pertenecen estos animales desplazados.

El incremento de animales sin hogar tras desastres naturales es un problema común en todo el mundo, pero en Brasil la situación se agrava por la falta de sistemas eficaces para reunir a mascotas y propietarios.