Tras dos años marcados por pérdidas personales, problemas legales y una etapa creativa difusa, Ed Sheeran regresa a la escena musical con el lanzamiento de su nuevo álbum Play, una obra que representa un viraje luminoso y optimista en su trayectoria.
En entrevista con el pódcast Popcast de The New York Times, el británico explicó que este trabajo busca recuperar la vitalidad de su característico pop, pero también funciona como una respuesta directa a los desafíos que enfrentó en los últimos años.
El cantante describió ese periodo como “dos años de verdadera nubosidad”, marcados por la muerte de sus amigos Jamal Edwards y Shane, el diagnóstico de cáncer de su esposa Cherry y una serie de litigios por derechos de autor que afectaron su estabilidad emocional y creativa.
“Esta es una reacción total de que este tiene que ser el disco más brillante y tecnicolor que podamos hacer”, afirmó.
Así, Play no solo significa una superación personal, sino también un retorno al optimismo que lo consolidó como referente del pop contemporáneo, con canciones nostálgicas como Camera e In Other Words que evocan sus grandes éxitos, junto a nuevas exploraciones como Azizam, de influencia persa, y Sapphire, con compositores indios.
Durante la charla con los periodistas Jon Caramanica y Joe Coscarelli, Sheeran también reflexionó sobre la competencia en la industria y su lugar en medio de las nuevas generaciones de artistas.
Rechazó verlos como rivales y aseguró que su espacio creativo es único, recordando cómo figuras como John Mayer y Elton John le enseñaron a celebrar la llegada de nuevas voces en el pop.
También habló de la carga emocional que supuso atravesar esas crisis en paralelo al nacimiento de su segunda hija. Aunque ha sido objeto de críticas y bromas, afirmó que confía en que el tiempo pondrá su obra en perspectiva: “Llega un momento en la carrera en que se trasciende todo eso”, dijo, dejando claro que su apuesta es resistir hasta que la música hable por sí sola.