Las autoridades egipcias investigan un caso que ha estremecido al país y reavivado el debate sobre la violencia entre menores. Un adolescente de 13 años fue detenido en la ciudad de Ismailia, al noreste de Egipto, acusado de asesinar y desmembrar a un compañero de escuela, inspirado, según sus propias declaraciones, en escenas violentas de películas y videojuegos.
De acuerdo con la Fiscalía General, el menor, identificado solo como Youssef A., habría invitado a su amigo Mohamed A. a su casa después de clases. En algún momento, una discusión derivó en un ataque que culminó en homicidio. Posteriormente, el adolescente utilizó una sierra eléctrica para manipular el cuerpo, cuyos restos fueron hallados por la policía en distintos puntos de la ciudad.
La investigación comenzó tras la denuncia de desaparición presentada por la familia de la víctima. Las autoridades rastrearon las últimas llamadas y ubicaron al sospechoso en la zona del crimen. Al ingresar a su vivienda, los agentes hallaron evidencia contundente que llevó a su detención inmediata.
Fuentes judiciales indicaron que el adolescente confesó el hecho y declaró haber actuado “por curiosidad”, mencionando que su conducta estuvo influenciada por material violento visto en línea. Aunque algunos medios locales reportaron que el menor habría intentado ingerir parte del cuerpo, esa versión no ha sido confirmada oficialmente por la fiscalía egipcia.
El Ministerio Público ordenó una evaluación psicológica y psiquiátrica completa del acusado, quien permanece bajo custodia en un centro especializado para menores. Las autoridades buscan determinar si presenta alguna condición mental o trastorno derivado de exposición prolongada a violencia digital.
Por su edad, Youssef A. no puede ser juzgado como adulto bajo la legislación egipcia, pero podría enfrentar hasta 15 años de reclusión en un centro juvenil. El Ministerio de Educación anunció que reforzará la presencia de psicólogos escolares y programas de prevención tras el impacto del caso, que ha generado conmoción nacional y un intenso debate sobre la influencia de los contenidos mediáticos, la salud mental y la falta de supervisión familiar.
El crimen, ocurrido en una comunidad residencial de Ismailia, ha sido descrito por las autoridades como “un hecho aislado pero alarmante”. El Ministerio del Interior pidió a los medios evitar la difusión de detalles sensibles y recordó que la investigación continúa en curso mientras se espera el informe forense completo y la evaluación médica del menor.
En un país donde los crímenes cometidos por adolescentes son poco frecuentes, este caso ha expuesto las grietas en la atención psicológica infantil y la necesidad urgente de mecanismos de contención familiar y social frente a la violencia digital.