El adiós definitivo a las tiendas de discos
evangelio | 30 julio, 2024

Por más de tres décadas, en el número 305 de la céntrica calle Bartolomé de las Casas se ubicó la tienda especializada Tarkus Rock, donde su propietario Juan Carlos Trejo atendía a clientes que llegaban para buscar todo tipo de discos, desde el metal más oscuro de Noruega hasta los sellos independientes mexicanos.

Era una época en que consumir música se reducía a comprar discos compactos, vinilos o casetes, y también a escuchar lo que se programara en la radio, todo lo cual lo abarcaba este personaje que sigue teniendo micrófonos en la radio universitaria y la pública de Michoacán.

Pero esos días han quedado atrás con la nueva forma de escuchar canciones, la mayoría de ellas encapsuladas en plataformas como Spotify o Apple Music, a las que se puede ingresar de forma gratuita o con suscripción para saltarse los comerciales.

Ante ese nuevo panorama, Tarkus Rock dejó el mítico local y se mudó temporalmente al bar Rock Paraíso, del que ya también salió. Ahora, Trejo está a la espera de encontrar un nuevo inmueble, aunque sabe que la venta de discos ya es cosa del pasado.

No es el único emprendedor en ver cómo un mercado cambia de forma tan abrupta y en un lapso relativamente corto. La tienda Underworld por varios años se distinguió como un sitio alternativo para encontrar esos discos y casetes ausentes de otras tiendas.

Sin embargo, no pudo contra una tendencia mundial y tuvo que refugiarse en un pequeño local del Mercado de San Juan, donde venden accesorios para melómanos, pero no discos ni ningún otro formato para reproducir música.

A inicios de julio, el Mixup de Plaza Loreto en la Ciudad de México cerró sus puertas en forma definitiva, lo que le puso fin a una historia de dos décadas donde además de las producciones fonográficas, se impulsaban actividades como firma de autógrafos con artistas nacionales e internacionales.

La crisis no es para nada novedosa, pues desde 2013, hace más de una década, la industria reportaba una caída en las ventas físicas de discos. En ese año se registraron 85 millones de dólares en ganancias, pero más de la mitad eran compras a través de tiendas en línea.

Las historias como la de Mixup de la CDMX se repiten en todo el mundo: la Music World de Barcelona puso el candado en 2022, mientras que la mítica Sam Ash Music Store se declaró en quiebra este año, pues no pudo contra el encierro de la pandemia, sepultando 100 años de historia.

La propia crisis del coronavirus obligó a que la poderosa cadena Amoeba cambiara su local de Hollywood a Nueva York, una estrategia que parece ser la última opción para evitar su extinción.

No es que la gente haya dejado de consumir música, al contrario, las cifras son apabullantes, pero en los entornos digitales. Solo en el primer semestre de 2023, se registraron 3.3 billones de reproducciones de canciones en las plataformas de streaming, 30 % más respecto al año anterior, de acuerdo con la firma Nielsen.

En 1982, el álbum Thriller de Michael Jackson vendió más de 50 millones de copias; ahora, en la época de los clics, la industria reportó 42 millones de discos compactos vendidos sumando a todos los artistas comerciales del orbe, lo que nos da una idea de la casi extinción de los formatos físicos que encuentran en el vinyl su último reducto, pero con un mercado muy limitado a coleccionistas dispuestos a pagar hasta 5 mil pesos por una sola unidad.

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