La inconformidad que desde hace meses germina en los surcos del país está por tomar las calles. Organizaciones de productores agrícolas en 20 estados de México anunciaron una movilización nacional ante lo que califican como una crisis estructural del campo, marcada por la falta de apoyos, los altos costos de producción y el abandono gubernamental.

Convocada para la próxima semana, la protesta busca visibilizar la situación que enfrentan los productores de granos, quienes aseguran que las políticas del actual gobierno han dejado sin respuesta las demandas más básicas del sector: precios justos, subsidios a insumos y certidumbre ante los fenómenos climáticos que han devastado cosechas.

De acuerdo con los organizadores, las manifestaciones se realizarán de manera simultánea en aeropuertos, carreteras y plazas públicas de las principales capitales estatales. La estrategia busca hacer visible, en todo el país, lo que en las comunidades rurales ya se siente como una emergencia silenciosa: el desplome de la rentabilidad agrícola y el riesgo de que miles de pequeños productores abandonen la tierra.

Los grupos convocantes advierten que la movilización no tiene tintes partidistas, sino que responde a una necesidad urgente de “rescatar la soberanía alimentaria y la dignidad del campo”. Sin embargo, reconocen que el hartazgo ha crecido por la falta de diálogo con las autoridades federales y por el desmantelamiento de programas que antes servían como red de apoyo para las comunidades agrícolas.

La protesta nacional pretende ser, dicen, un grito colectivo desde la tierra, un llamado al gobierno para que escuche antes de que el campo mexicano, agotado por la indiferencia y las sequías, termine por marchitarse.