Durante cinco días, las aulas y foros de Michoacán se llenaron de historias, cámaras y luces. Estudiantes, productores y amantes del séptimo arte se dieron cita para escuchar de primera mano a quienes han hecho del cine su lenguaje y su oficio: una serie de master class que reunió a creadores nacionales e internacionales dispuestos a compartir lo que no se enseña en los libros.

El encuentro, impulsado por el Instituto Latinoamericano de Ciencias Cinematográficas (Ilatacc) y respaldado por la Comisión de Filmaciones de Michoacán (Cofilmich), permitió un intercambio directo entre el talento local y figuras con trayectoria en la industria, en un esfuerzo por fortalecer la formación cinematográfica del estado.

El cierre corrió a cargo del director de fotografía Antonio Riestra, quien ofreció la charla “Iluminación consciente”, una sesión que -más allá de la técnica- abordó la luz como emoción, narrativa y mirada interior. Antes de él, desfilaron cineastas como Eduardo Valenzuela, con “Cómo producir cine mexicano con menos de $200,000 USD”; Moisés Chiver, con “La producción del cine mexicano”; los hermanos Gareth y Molo Alcocer, con “¿De qué sirve estudiar cine?”; y Edgar San Juan, con “Casi el paraíso, del desarrollo a la pantalla grande”.

Estas clases magistrales forman parte de una estrategia más amplia para profesionalizar al sector cinematográfico michoacano, que hoy vive un momento de efervescencia: ocho producciones se encuentran actualmente en rodaje o desarrollo en el estado, consolidando a Michoacán como uno de los territorios más atractivos del país para filmar.

El cine, aquí, se vive entre montañas, plazas coloniales y foros improvisados; pero sobre todo, en la pasión de una comunidad que entiende que aprender a filmar es también aprender a mirar.