El féretro del Papa Francisco fue trasladado este miércoles desde la residencia de Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro, en donde miles de fieles ya se congregan para rendirle el último homenaje.

El pontífice, fallecido el lunes a los 88 años a causa de un ictus, permanecerá expuesto hasta el viernes por la tarde, antes de celebrarse su funeral.

La procesión partió al amanecer, acompañada por el repique de las campanas de San Pedro y encabezada por cardenales y guardias suizos. En un gesto de humildad, el ataúd no fue colocado sobre un catafalco, siguiendo el deseo de Francisco de mantener la sobriedad y sencillez en los ritos funerarios.

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Feligreses de diversas partes del mundo han comenzado a llegar a Roma, formando largas filas desde tempranas horas frente a la plaza barroca del Vaticano.

Las autoridades italianas han reforzado la seguridad y logística ante la previsión de decenas de miles de visitantes.

El sacerdote brasileño Bruno Átila, quien planeaba viajar a Roma para la canonización suspendida de Carlo Acutis, destacó que Francisco llevó a Roma “esta forma de ser Iglesia en Latinoamérica”, abriendo paso a una visión pastoral centrada en la compasión y la acogida.