El llamado de Martins Moreno no tuvo eco. Pese a que días previos al juego contra Argentina el histórico delantero de la selección de Bolivia suplicó a los hinchas no darle la espalda a su equipo, la resonancia fue mínima en La Paz.
En las gradas del estadio Hernando Siles no fueron pocas las playeras de Argentina que se observaron y la insistencia de los bolivianos por ver a Lionel Messi en el campo o aplaudir cada que Ángel Di María se acercaba a cobrar un tiro de esquina, hicieron que por momentos se pensara que la albiceleste era local.
En la cancha, Bolivia fue borrado. Durante los 90 minutos, no generaron una sola jugada de asociación y los escasos acercamientos que tuvieron al arco del “Dibu” Martínez fueron a balón parado y en cobros de esquina, pero ningún intento representó alguna circunstancia de peligro.
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Las arengas del veterano Martins Moreno no surtieron efecto en el resto de sus compañeros ni mucho menos en los hinchas, quienes al parecer, desde el inicio de las eliminatorias ya han decidido a qué selección van a apoyar, una que se encuentra lejos de casa.
Del otro lado, no se presentan síntomas de “campeonitis”, Argentina no especuló ni cayó en excesos de confianza, Enzo Fernández pegó al minuto 31 empujando la redonda a pase de Di María; al 42 Nicolás Tagliafico de cabeza la mandó al poste más lejano del arquero y al 83 Nico González aprovechó el regalo de los defensores.
Tres a cero y fue todo. Efectividad al 100% para Argentina en el arranque de proceso mundialista, no hubo necesidad de exponer a Messi, quien llegó “tocado” a la segunda fecha de eliminatorias y Scaloni optó por dejarlo en el banco de suplentes.
Luego del pitazo final, la Argentina se fue ovacionada y en plena tranquilidad. Bolivia no pesó en ningún sentido, Ángel Di María lo supo explicar de mejor manera cuando le preguntaron por la altura de La Paz: “No se sintió, en realidad eso es psicológico nada más”.