El ejército romano y la construcción de una identidad más allá de la guerra
evangelio | 6 septiembre, 2025

El ejército romano suele estudiarse desde la óptica de las batallas, las reformas tácticas o las conquistas, pero recientes investigaciones destacan otra dimensión: la identidad social y cultural de sus soldados.

No eran piezas anónimas de una maquinaria bélica, sino individuos que encontraban en la milicia prestigio, reconocimiento y pertenencia.

Durante la República, los soldados eran ciudadanos que servían de forma temporal, generalmente campesinos o comerciantes.

Con el paso de las guerras civiles, la permanencia en las filas se extendió y surgió la figura del miles profesional, consolidada en el Imperio, cuando las legiones se transformaron en comunidades cerradas donde la carrera militar era una vía de ascenso social.

Los símbolos, los saludos, los sonidos de la marcha y hasta los adornos de cinturones o cascos reforzaban la identidad colectiva.

Aunque no existía un uniforme estandarizado, la ostentación individual y la emulación entre compañeros dieron lugar a una estética común que servía tanto para distinguirse como para intimidar en combate.

La pertenencia se expresaba también en lazos familiares, en identidades regionales y en los monumentos funerarios, donde los soldados se representaban con armas y posturas orgullosas. Así, el ejército romano fue más que una fuerza militar: constituyó un espacio donde la identidad se forjaba día a día, entre camaradería, tradición y memoria.

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