El lugar donde se decide el futuro del ganado en Michoacán
evangelio | 28 diciembre, 2025

En un predio discreto del municipio de Álvaro Obregón, lejos del foco mediático pero cerca de las decisiones que moldean al campo, opera la Unidad de Fomento Ganadero “La Carreta”. Ahí no se produce carne ni leche de forma directa, pero se define buena parte del futuro productivo del hato michoacano.

 

El sitio funciona como un resguardo estratégico de genética bovina de alto valor. Algunos de sus sementales, seleccionados por linaje, sanidad y desempeño productivo, alcanzan precios de hasta 100 mil pesos por ejemplar, una cifra que refleja no solo el animal, sino el potencial reproductivo que representa para decenas o incluso cientos de hatos en el estado.

 

“La Carreta” forma parte del Centro Estatal de Fomento Ganadero de Michoacán (CEFOGA), un sistema público que busca mejorar la productividad ganadera mediante reproducción controlada, transferencia genética y asistencia técnica. Desde este centro se abastecen ranchos de distintas regiones con semen certificado, reduciendo costos de importación genética y elevando los estándares locales.

 

De acuerdo con el médico veterinario Jerónimo Cruz, jefe de la unidad, los ejemplares resguardados provienen de las dos grandes raíces genéticas de la ganadería moderna, la hindú y la europea, base de las razas que hoy dominan la producción mundial de carne y leche. En el caso de Michoacán, la apuesta ha sido clara: razas funcionales antes que estéticas.

 

En los corrales predominan bovinos cebuinos, seleccionados por su resistencia a parásitos, su tolerancia a altas temperaturas y su capacidad de adaptarse a zonas complejas como la Tierra Caliente o la franja costera. Estas características son clave en un estado donde el estrés climático y las enfermedades representan uno de los principales factores de pérdida productiva.

 

Los sementales participan en esquemas de colecta de semen y reproducción asistida que permiten multiplicar su impacto más allá del predio. Un solo ejemplar puede contribuir a la mejora genética de decenas de ranchos, elevando rendimientos cárnicos o lecheros durante varios ciclos productivos.

 

“La Carreta” es uno de seis centros estratégicos del sistema estatal de fomento ganadero. A esta red se suman sedes en Huetamo, Petachícuaro, Zamora, Nuevo Urecho y la región costera, que en conjunto buscan fortalecer un sector que en Michoacán sostiene miles de empleos rurales y una parte relevante de la economía agropecuaria.


No hay reflectores ni grandes anuncios en la entrada. Pero detrás de esos corrales se decide, con ciencia y paciencia, qué tan competitivo será el ganado michoacano en los próximos años.

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