El Vaticano inauguró el pesebre y el árbol de Navidad 2024 en la Plaza de San Pedro, marcando el inicio de la temporada navideña en el corazón de la cristiandad.
El pesebre representa a las figuras tradicionales de la Navidad: María, José y el niño Jesús, quien reposa sobre un pañuelo palestino, en el interior de una cabaña de pescadores conocida como “casone”.
La ceremonia coincidió con la creación de 21 nuevos cardenales por parte del Papa Francisco y se celebró en la víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción.
Durante la noche, el gran árbol de Navidad, un abeto natural de 29 metros de altura, fue iluminado en presencia de representantes de las localidades italianas de Grado y Ledro, encargadas de proporcionar el árbol y el pesebre este año.
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Por su parte, el Santo Padre destacó que el árbol podría verse como “una bella imagen de la Iglesia, pueblo y cuerpo”, que se agrupa alrededor de Jesús, símbolo de origen y centro de la fe cristiana, de manera similar a como las ramas y el tronco se unen en torno a un árbol.
En un mensaje inclusivo, el Papa hizo hincapié en que en la Iglesia “también hay sitio para todos”, incluidos los pecadores, quienes son “los primeros, los privilegiados, porque Jesús vino para los pecadores”.
Recordó que la Navidad es un tiempo de acogida, sin exclusiones, “para todos, para todos”.
El Santo Padre también hizo un llamado a la paz, recordando en especial a aquellos que sufren las consecuencias de la guerra
Para concluir, el Papa Francisco expresó su deseo de que “no haya más guerras” y anheló un tiempo de paz “en todo el mundo y para todos los hombres, a quienes Dios ama”.