El Paso Catrinas, una obra única que transforma Morelia
evangelio | 6 junio, 2025

En Morelia, donde la infraestructura suele pensarse en clave de urgencia y no de ciudad, una obra reciente ha empezado a marcar una diferencia discreta, pero elocuente. Se trata del Paso Catrinas, un paso vehicular en Villas del Pedregal que, sin anunciarse como símbolo, termina funcionando como uno.

Con una inversión estatal de 296 millones de pesos, el proyecto fue ejecutado por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas de Michoacán, encabezada por Rogelio Zarazúa Sánchez.

Técnicamente, se trata de un paso elevado de 420 metros de longitud, sostenido por 34 pilotes, 24 columnas y 16 trabes metálicas. Está construido con concreto hidráulico, cuenta con aisladores sísmicos, iluminación LED y fue diseñado para soportar el tránsito de más de 29 mil vehículos diarios.

Lo que sorprende no es que la obra cumpla con su función vial, eso se espera, sino que haya incorporado una intervención debajo del puente que escapa a la fórmula habitual del abandono.

El bajopuente se transformó en un parque lineal activo, con una pista de patinaje, gimnasio al aire libre, juegos infantiles, área para mascotas y mobiliario urbano digno. No es grandilocuente, pero está bien hecho. Y en el contexto local, eso lo vuelve excepcional.

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El componente simbólico, además, no se improvisa. Las esculturas de catrinas, elaboradas e intervenidas por artistas locales, conectan la obra con el imaginario colectivo del Día de Muertos y con la tradición alfarera de Capula. No son adorno ni folclor. Funcionan como anclaje cultural en una zona que, hasta hace poco, carecía de cualquier tipo de referente visual digno.

Más que un acto estético, el Paseo Catrinas plantea un criterio: que el espacio público debe ser funcional, pero también habitable; que puede mover, pero también invitar a quedarse. Es, en ese sentido, una obra que se deja ver, usar y recordar. Un caso poco común en el panorama urbano de Morelia.

La obra fue inaugurada por el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, acompañado por la secretaria de Desarrollo Urbano y Movilidad, Gladyz Butanda Macías, como parte de una estrategia de intervención urbana que apunta a zonas habitualmente relegadas en la planificación vial de la ciudad.

En una capital donde el cemento suele servir para salir del paso, esta obra demuestra que la infraestructura también puede sumar. Porque convierte un nodo vehicular en un lugar con memoria, uso y rostro. Y eso, para esta ciudad, no es poca cosa.

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