La luna llena ha ejercido una profunda fascinación sobre la humanidad durante milenios. Esta fase lunar, en la que la cara iluminada de la Luna es completamente visible desde la Tierra, ha inspirado leyendas, rituales religiosos y creencias populares en diversas culturas.
Según la Enciclopedia Britannica, muchas civilizaciones usaron el ciclo lunar para medir el tiempo y explicar fenómenos naturales.
Civilizaciones como la griega y la maya personificaron a la Luna como deidad femenina, mientras que religiones como el hinduismo, el budismo y el neopaganismo aún celebran rituales durante esta fase.
En el hinduismo, los días de luna llena (Purnima) son ocasiones de ayuno; en el budismo, se honra como símbolo natural de iluminación; y en el paganismo, se asocia a prácticas mágicas.
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Las supersticiones también perduran. La creencia de que la luna llena provoca comportamientos inusuales, conocida como efecto lunar, alimentó mitos como el del hombre lobo.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que ciertas enfermedades como la porfiria o condiciones psiquiátricas pudieron inspirar estas leyendas. A pesar de la falta de evidencia científica, muchas personas siguen convencidas de su veracidad.
Estudios actuales concluyen que no existe una relación significativa entre la luna llena y fenómenos como el insomnio, el ciclo menstrual o el número de partos, aunque las creencias populares persisten.
La ciencia ha desmontado muchos de estos mitos, pero el simbolismo de la luna llena sigue brillando con fuerza en el imaginario colectivo.