El pulque venció los mitos y la propaganda en contra, y ya es una de las bebidas ancestrales de mayor consumo a nivel nacional.

Desde Michoacán, los productores de pulque celebraron que los jóvenes se inclinen por la bebida en sus distintas variedades.

El pulque curado, sabores de frutas, e incluso el tradicional con pico de gallo son los favoritos de las nuevas generaciones.

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El mito de las “monas” (una bolsa con excremento de humano o de vaca) como elemento fermentador lo crearon las empresas cerveceras y replicado por la prensa de los años 40 para desplazar al pulque como la bebida nacional y lo lograron.

“Todo eso es un invento, pero afortunadamente los jóvenes están recurriendo a lo natural que es el pulque”, señalan los productores de Tarímbaro.

Casi un siglo después, las variedades del pulque, a través de la mezcla con frutas, permitió un resurgimiento de la bebida heredada de las culturas prehispánicas.