El día antes de que se presentara el cartel oficial para eventos taurinos, un juez federal negó el amparo que buscaba revivir las corridas de toros en Michoacán, ratificando así la prohibición vigente en la entidad.

El fallo judicial marca una clara derrota para quienes pretendían reactivar la tauromaquia en la entidad, al mismo tiempo que refuerza la decisión del Congreso local, que ya había establecido la abolición de estos espectáculos.

Para el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, el amparo representa una afrenta a la soberanía estatal. En diversos declaraciones públicas, ha señalado su firme rechazo a que instancias judiciales federales revitalicen prácticas prohibidas por la legislación local.

A favor del espectáculo taurino, actores y empresas del gremio habían solicitado el amparo argumentando derechos relativos al arte, cultura o tradición. Sin embargo, estas justificaciones no prosperaron ante el criterio judicial ni la normativa estatal.

En el entorno político y social, esta decisión ha sido celebrada por agrupaciones animalistas y defensores de los derechos de los animales, que consideran que la tauromaquia implica maltrato irreversible y muerte de los toros.

Con el fallo firme, los municipios que planeaban organizar corridas deberán desistir o modificar sus planes. La temporada taurina queda cancelada bajo la protección del marco jurídico estatal vigente, al menos mientras no existan cambios legales sustanciales.