El robo de combustible a Petróleos Mexicanos (Pemex) aumentó un 35 por ciento durante 2025, con pérdidas que ascienden a 20 mil 246 millones de pesos entre enero y septiembre, de acuerdo con cifras publicadas.

El ilícito representa casi la mitad de las pérdidas totales de la empresa estatal en lo que va del año, evidenciando su persistente impacto económico.

El llamado huachicol se mantiene extendido en todo el país y opera bajo tres modalidades principales: el robo directo a ductos, el contrabando de combustibles -también conocido como “huachicol fiscal”- y las mezclas ilegales.

La Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) estima que hasta uno de cada tres litros de gasolina vendidos en México podría tener origen ilícito.

Luis Miguel Labardini, socio de la consultora energética Marcos y Asociados, señaló que el huachicol fiscal es relativamente más fácil de combatir al concentrarse en aduanas y puertos, donde bastaría con mayor coordinación y voluntad política.

No obstante, el robo tradicional implica un reto mayor, al estar ligado a estructuras criminales que operan en regiones con altos niveles de impunidad y con una vigilancia insuficiente de los ductos, tanto en tecnología como en protección de seguridad.