El tifón Fung-wong tocó tierra este domingo en la costa oriental de Filipinas con vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora y ráfagas superiores a 220, según el Servicio Meteorológico Nacional. El fenómeno natural, clasificado como “supertifón”, impactó primero la provincia de Samar Oriental antes de avanzar hacia el norte del país.

Las autoridades confirmaron dos personas fallecidas por la caída de árboles y deslaves, así como más de un millón de evacuados en 11 provincias. La Agencia Nacional de Gestión de Desastres, informó que se suspendieron los vuelos comerciales en los aeropuertos de Manila, Legazpi y Tacloban, y que los puertos marítimos del archipiélago permanecen cerrados hasta nuevo aviso.

El presidente Ferdinand Marcos Jr. declaró estado de calamidad en las regiones de Bicol, Visayas Orientales y parte de Luzón, y ordenó la movilización de unidades del ejército y la policía para asistir en las tareas de rescate. “Nuestra prioridad es proteger la vida de la población y garantizar el acceso a refugios seguros”, señaló en un mensaje transmitido por cadena nacional.

El Departamento de Energía reportó la interrupción del suministro eléctrico en más de 200 municipios y confirmó que los equipos de reparación se mantienen en alerta para restablecer el servicio una vez que mejoren las condiciones climáticas.

Filipinas es uno de los países más expuestos del mundo a los tifones tropicales, con un promedio de 20 eventos por año. Fung-wong es el sexto ciclón de categoría 4 en lo que va de 2025 y el segundo más potente registrado en la temporada. Las autoridades meteorológicas advirtieron que el fenómeno podría degradarse a tormenta tropical al salir hacia el Mar de China Meridional, pero que las lluvias torrenciales continuarán en el norte del país durante las próximas 48 horas.