Entre los años 2014 y 2020, el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra personas LGBT registró 209 casos (sólo en 10 estados participantes) de crímenes de odio en contra de la comunidad LGBT+, siendo Veracruz la entidad federativa con mayor incidencia en este tipo de delitos.
De esos 209 casos, seis se cometieron en Baja California, 37 en Chihuahua, 14 en Coahuila, 13 en Ciudad de México, 22 en Guerrero, 10 en Jalisco, 28 en Michoacán, 12 en Nuevo León, 18 en Puebla y 49 en Veracruz.
Si bien cada caso es motivo de nuestra preocupación, las crecientes cifras en Veracruz, Chihuahua y Michoacán fueron motivo de resalto por parte de los miembros Observatorio.
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De acuerdo a los registros, el 53.6 % de las víctimas se identificaba como miembro homosexual o gay; el 8.1 % como lesbiana; el 7.2 % como heterosexual; el 1 % como bisexual y del 30.1 % no se cuenta con información sobre su orientación sexual.
Los crímenes de odio son aquellos comportamientos y expresiones con formas violentas de relación ante las diferencias sociales y culturales, se sostienen, ante todo, en una densa trama cultural de discriminación, rechazo y desprecio.
Son comportamientos culturalmente fundados y, sistemática y socialmente extendidos, de desprecio contra una persona o grupo de personas sobre la base de un prejuicio negativo o un estigma relacionado con una desventaja inmerecida, y que tiene por efecto dañar sus derechos y libertades fundamentales, ya sea de manera intencional o no.