El mercado financiero fue testigo de una divergencia de opiniones entre miembros y exintegrantes de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) con respecto a las decisiones de política monetaria que se tomarán en la próxima reunión.
Por un lado, el economista James Bullard, quien hasta agosto dirigió la Fed de San Luis, señaló que los inversionistas se encuentran “demasiado complacientes” con la inversión, lo que podría forzar a la Reserva Federal a subir su tasa de interés hasta 6.5 %; la tasa actual ha fluctuado entre 5.25 % y 5.5 %.
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Bullard respaldó su perspectiva citando datos del Índice subyacente de precios al consumidor, que excluye los costos de alimentos y energía, el cual aumentó 0.3 % en septiembre, lo que sugiere una presión alcista en la inflación y podría justificar un aumento en las tasas de interés para frenarla.
En contraste, Patrick Harker, presidente del Banco de la Fed de Filadelfia, indicó que la desinflación está en curso y reiteró su posición de mantener la tasa de interés en su nivel actual, a menos que se produzca un cambio brusco en los datos económicos.
“Estoy seguro de que las tasas de interés son restrictivas y, mientras sigan siendo así, seguiremos presionando constantemente contra la inflación y lograremos que los mercados alcancen un mejor equilibrio”, subrayó Harker.
La Fed anunciará su decisión de política monetaria el 1 de noviembre.