En una jornada histórica, los centros de votación abrieron sus puertas en Argentina esta mañana, marcando el inicio de unas elecciones presidenciales que tienen el potencial de cambiar el ciclo político en el país.

A pesar de un día gris y lluvioso, decenas de argentinos se acercaron temprano a las urnas, cargados de ansiedad e incertidumbre.

Las encuestas indican que el ultraderechista, Javier Milei, del partido Libertad Avanza, lidera la carrera presidencial, seguido de cerca por el ministro de Economía Sergio Massa, de la peronista Unión por la Patria, y en tercer lugar se encuentra Patricia Bullrich, de la coalición centroderechista Juntos por el Cambio.

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Milei ha ganado popularidad con un discurso radical en contra de la clase política tradicional, a la que critica como una “casta” de privilegiados.

La posible victoria de Milei podría suponer un cambio en la política argentina, ya que el peronismo ha mantenido el poder durante la mayor parte de los últimos 20 años, y la coalición de centroderecha gobernó el país entre 2015 y 2019.

Las elecciones se llevan a cabo en un contexto económico difícil, con una inflación anual de más de 138 % y una tasa de pobreza que afecta al 40.1 % de la población de aproximadamente 46 millones de habitantes.