En un paso ambicioso hacia la colonización espacial permanente, la agencia espacial rusa Roscosmos ha confirmado sus planes para construir y desplegar una central eléctrica nuclear en la superficie lunar antes de 2036. Este proyecto, diseñado para operar de manera automatizada y sin intervención humana directa en sus fases críticas, tiene como objetivo principal proporcionar un flujo constante de energía a la próxima generación de róvers, observatorios astronómicos y laboratorios de investigación que formarán parte de la Estación Lunar Científica Internacional (ILRS).
A diferencia de los paneles solares, que quedan inutilizados durante la noche lunar (que dura aproximadamente 14 días terrestres), una fuente de energía nuclear garantiza la operatividad ininterrumpida de los instrumentos científicos. Rusia planea utilizar tecnologías de enfriamiento de alta eficiencia y reactores compactos que puedan ser transportados en misiones de carga pesada. El suministro energético estable es considerado el “pilar de supervivencia” para las futuras instalaciones que buscarán procesar recursos locales, como el hielo de agua en los polos lunares, para convertirlos en combustible o aire respirable.
Este desarrollo se enmarca en una estrecha colaboración estratégica, donde la infraestructura energética será el corazón de un ecosistema que permitirá a robots y, eventualmente, a humanos, realizar estancias prolongadas en la Luna. El desafío técnico es monumental: el equipo debe ser capaz de resistir las temperaturas extremas del vacío lunar y la radiación cósmica, operando de manera autónoma durante décadas. Con este anuncio, Rusia reafirma su intención de liderar la carrera por la infraestructura crítica en el satélite terrestre, sentando las bases para una economía lunar en la próxima década.