Entre flores, canciones, comida y un ambiente de fiesta, los panteones de Morelia se llenaron de vida este 2 de noviembre. La visita de los difuntos durante el Día de Muertos trajo consigo el acompañamiento de la ciudadanía, que sin importar el paso de los años esperó con ansias el reencuentro con sus seres amados.
Al calor de los primeros rayos del sol y la apertura de puertas de los camposantos a las siete de la mañana, las calles aledañas comenzaron a inundarse del aroma característico de la flor de cempasúchil, ese dulzor con el que poco a poco las tumbas cambiaron su color gris por el naranja y morado inconfundible de esta tradición.
Como si un día de campo fuera, las familias se reunieron alrededor de las tumbas para adornarlas y compartir con sus difuntos una pieza de pan, un taco y un buen vaso de coca.
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Con el transcurrir del día, los panteones de Morelia cobraron vida. A pesar de ser jueves, la ciudadanía dejó todo por acompañar a sus difuntos, y para los vendedores de ocasión, la celebración fue todo un éxito.
El Ayuntamiento de Morelia entregó un total de 960 tolerancias a comerciantes de temporada para ocupar nueve espacios distintos al exterior de los cementerios más concurridos de la capital.
Alrededor del Panteón Municipal, ubicado sobre la avenida Francisco J. Mugica, las ofertas eran variadas, flores a todos los precios, antojitos mexicanos, calaveritas de dulce y coronas para las tumbas, eran los artículos principales a comprar.
La expectativa de visitantes a los cementerios de Morelia supera las 100 mil personas, entre los 44 panteones de la ciudad, incluyendo aquellos ubicados en las zonas rurales del municipio.