En un clima marcado por la violencia y la inestabilidad político-social, la contienda por la gubernatura de Sinaloa, en 2010, se tornó en un escenario de confrontación abiertamente cargado de acusaciones y especulaciones.

Tras la violenta escisión que sufrió el Cártel de Sinaloa, que dejó a la población en un estado de alerta, los ciudadanos comenzaron a exigir responsabilidades a aquellos vinculados con el crimen organizado.

Jesús Vizcarra Calderón, un influyente empresario en la industria cárnica y candidato a gobernador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), se enfrentó en un intenso debate a su rival, Mario López Valdez, también conocido como Malova.

Este último, un expriista que contaba con el apoyo del Partido Acción Nacional (PAN) y de figuras políticas relevantes como el presidente Felipe Calderón y exgobernadores priistas, destapó una incógnita que continúa sin resolverse.

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“Yo le preguntaría Jesús… le preguntaría hoy, ante miles de sinaloenses, si es o no compadre de “El Mayo” Zambada”, lanzó López Valdez durante el debate.

La falta de una respuesta clara de Vizcarra, quien permaneció en silencio ante la acusación, dejó una impronta que marcaría su campaña.

A pesar de las numerosas especulaciones que han asociado a Vizcarra con “El Mayo” Zambada a lo largo de los años, nunca se le ha comprobado actividad criminal.

Sin embargo, la sombra de esas acusaciones ha estado presente, y su silencio durante el debate solo alimentó las dudas. A ello se suma un comportamiento austero que, según su equipo, generó tensiones internas en su campaña, contribuyendo a su eventual derrota ante Malova.

Vizcarra, además de su poderosa influencia en el sector cárnico con su empresa SuKarne, es presidente de Salud Digna, una organización reconocida a nivel nacional por su enfoque sin fines de lucro en la salud.