La ciudad de Sueida, en el sur de Siria, fue escenario este sábado de nuevos enfrentamientos sangrientos entre combatientes tribales árabes y milicias drusas, pese al anuncio de un alto al fuego por parte del presidente interino Ahmed al Sharaa.

Viviendas fueron incendiadas, comercios saqueados y se registraron ejecuciones sumarias en las calles, mientras miles de residentes permanecían encerrados sin agua, electricidad ni acceso a ayuda humanitaria.

Los enfrentamientos, iniciados el 13 de julio, han dejado al menos 940 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que también reporta la retirada de los combatientes tribales de la ciudad tras la recuperación del control por parte de milicias drusas como el Movimiento de Hombres Dignos. Sin embargo, los choques continúan en zonas aledañas de la provincia, donde aún operan fuerzas gubernamentales y facciones tribales.

Te puede interesar: Explosión de coche bomba en Siria deja al menos 20 muertos

El conflicto ha generado un desplazamiento masivo: más de 87 mil personas han huido de sus hogares, de acuerdo con la ONU.

Imágenes difundidas en redes sociales muestran escenas de violencia extrema, humillaciones a clérigos drusos y cadáveres siendo arrastrados por las calles. La morgue principal de Sueida está colapsada y cuerpos en descomposición han sido enterrados en fosas comunes improvisadas.

El Ministerio del Interior sirio asegura que las fuerzas de seguridad han sido desplegadas para proteger a civiles y bienes, pero en el terreno la violencia continúa. Testigos describen la ciudad como una zona fantasma.

“No nos queda nada. La mayoría de nuestros seres queridos están muertos”, declaró a la AFP un sobreviviente que logró escapar.