Ya sea porque sus equipos desaparecieron, las franquicias se mudaron a otra plaza o simplemente los dueños realizaron malos manejos administrativos, pero en México existen estadios que en su momento fueron emblemáticos y ahora agonizan como consecuencia del deterioro y olvido.

En Evangelio te presentamos cuatro inmuebles que se encuentran prácticamente inservibles y ya sólo sobreviven en el recuerdo de los aficionados del futbol.

Luis “Pirata” Fuente

Aunque existe una promesa de que la remodelación del estadio Luis “Pirata” Fuente esté lista para diciembre de este 2024, la realidad es que la que fuera casa del Veracruz quedó en total abandono tras la desafiliación del club en 2019.

Con maleza, grietas y columnas a punto de venirse abajo, los aficionados de los “Tiburones” fueron testigos de cómo una rica historia futbolística se derrumbó a causa de la corrupción de su antiguo propietario, Fidel Kuri.

La inversión que está llevando a cabo el gobierno de aquel estado está pensada más para hacer del inmueble un centro de espectáculos que para partidos de futbol, pues circula la versión de que la FIFA mantiene un veto que impide que regrese el balompie profesional a dicha plaza.

Agustín Coruco Díaz

Históricamente, los “Cañeros” del Zacatepec son uno de los clubes más maltratados del futbol mexicano, por lo que las idas y venidas de franquicias a esta ciudad han dejado lastimados a sus aficionados.

Ante la última mudanza suscitada en 2020, cuando el club emigró a Morelia, el estadio Agustín Coruco Díaz es utilizado esporádicamente para partidos amistosos, pero sus instalaciones cada vez son más deficientes.

Apenas en octubre del año pasado, parte de la estructura metálica del inmueble colapsó al no resistir una lluvia que se registró en el municipio de Zacatepec.

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Mariano Matamoros

Hace poco más de 20 años, apareció un equipo que dejaba más dudas que certidumbres. Su nombre era Colibríes de Xochitepec, Morelos, y su casa era el estadio Mariano Matamoros.

Desde el inicio el club presentó problemas financieros, adeudos en los pagos a futbolistas y falta de transparencia en la cédula de propietarios, por lo que su paso por el futbol mexicano fue efímero.

El estadio desde ese entonces ya presentaba una condición precaria al ubicarse a un costado de un río, pero se le sumaba la falta de sanitarios, piedras regadas por todas las gradas y otras imperfecciones.

Sin embargo, al paso de los años el estadio se ha ido deteriorando más, pues los gobiernos locales se han dedicado a hacer inversiones menores como la sustitución de pintura o luz.

Neza 86

Ubicado en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, el estadio Neza 86 pasó de ser un inmueble mundialista a una edificación que se muere lentamente por su desuso.

Atrás quedaron los tres partidos que albergó en el Mundial de México 86 y todos los episodios memorables que ofrecieron los Toros Neza en este campo, pues ahora el estadio suma una década sin que tenga actividad en ninguna división.

A la falta de mantenimiento, se suma una problemática más grave: al ser construido en una zona pantanosa, el estadio se está hundiendo poco a poco, lo que hace más complicada su restauración.