El grupo yihadista Estado Islámico alentó a todos los lobos solitarios a materializar masacres en contra de judíos y cristianos en Occidente durante el mes de Ramadán, especialmente en Europa, Israel y Estados Unidos.

El portavoz del Estado Islámico, Abu Hudhayfá al Ansari, celebró la masacre de Moscú, en la que militantes de ese movimiento asesinaron a por lo menos 143 personas y dejaron más de 200 heridos en la sala de conciertos en Crocus City Hall.

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El comunicado en idioma árabe, difundido a través de los canales habituales de propaganda del grupo yihadista, fue verificado por SITE Intelligence Group, una organización especializada en monitorear a los grupos terroristas.

El mandatario ruso, Vladimir Putin, admitió que el ataque fue perpetrado por “extremistas islámicos”, aunque también sugirió la posibilidad de que haya intereses ocultos detrás del atentado, al mencionar la necesidad de investigar “quiénes se benefician” de la situación, haciendo referencia a posibles conexiones de los arrestados con Ucrania.