El Gobierno de Estados Unidos notificó formalmente su decisión de retirarse de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con efectos a partir del 31 de diciembre de 2026.

La comunicación fue enviada a la directora general del organismo, Audrey Azoulay, y se enmarca en un replanteamiento de la política exterior estadounidense.

Según un comunicado oficial, la portavoz Tammy Bruce señaló que la permanencia en la UNESCO ya no corresponde con los intereses nacionales, al considerar que el organismo promueve causas divisivas, asociadas a una “agenda globalista” que contrasta con los principios de la política de “América Primero”.

Uno de los factores clave para esta determinación fue el reconocimiento del Estado de Palestina como miembro pleno de la UNESCO, decisión que Washington considera “problemática” y generadora de discursos contrarios a Israel.

Esta postura ha sido reiterada en otras instancias diplomáticas por parte del Gobierno estadounidense.

Estados Unidos permanecerá como miembro activo hasta finales de 2026, en cumplimiento del artículo II(6) de la Constitución de la UNESCO.

Durante este periodo, el país conservará sus derechos y obligaciones dentro del organismo, aunque enfocará su participación internacional en foros que considere más alineados con sus intereses estratégicos.