El gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, anunció un nuevo ataque militar contra una embarcación en aguas internacionales del Caribe, ocurrido el 10 de noviembre, dentro de lo que ha bautizado como la Operación “Lanza del Sur”. Según el Comando Sur de EE.UU., los cuatro tripulantes de la nave murieron en lo que describieron como un “ataque cinético letal”.

En un video difundido por el Comando Sur se ve cómo la embarcación se desplaza por una ruta marítima señalada como frecuentada por redes criminales. Más tarde, la nave es impactada y envuelta en llamas.   Las autoridades estadounidenses justifican la acción asegurando que la embarcación estaba involucrada en el contrabando de drogas.

Con este incidente, el número de personas muertas bajo esta operación militar se eleva a cerca de 80, tras más de veinte ataques desde que comenzó a mediados de año cerca de las costas de Venezuela.

El secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, es quien nombró oficialmente la misión como “Lanza del Sur”. La operación ha sido presentada por Washington como parte de una ofensiva para frenar el narcotráfico proveniente de Latinoamérica.

Además del anuncio del ataque, se reportó que Trump sostuvo una reunión en el Despacho Oval con Hegseth y otras autoridades del Pentágono para evaluar “opciones de acción” sobre Venezuela, incluida la posibilidad de intensificar las acciones militares.

El gobierno de Caracas condenó enérgicamente la misión, calificándola de “pretexto para intervención” militar.

Desde agosto, se han desplegado múltiples fuerzas en el Caribe, incluyendo el portaaviones USS Gerald R. Ford, decenas de aeronaves, destructores, un crucero con misiles guiados, un submarino nuclear y tropas de operaciones especiales a bordo de buques como el MV Ocean Trader.