En medio de un clima de creciente fricción bilateral tras recientes operaciones militares estadounidenses en el Caribe, Washington elevó a nivel 4 el más severo su alerta de viaje para Venezuela, exhortando a sus ciudadanos a no ingresar al país y a quienes ya se encuentran allí a salir sin demora.
La advertencia, difundida por el Departamento de Estado, subraya que los riesgos para ciudadanos estadounidenses en territorio venezolano son “extremadamente altos”, al citar la posibilidad de detenciones arbitrarias, tortura durante la custodia, actos terroristas, secuestros, aplicación discrecional de leyes locales, criminalidad violenta, protestas y carencias críticas en el sistema de salud.
De acuerdo con el comunicado, delitos como homicidios, asaltos armados, secuestros y robos de vehículos continúan siendo recurrentes, mientras que fuerzas de seguridad venezolanas han sido señaladas por reprimir manifestaciones contrarias al gobierno de Nicolás Maduro.
La dependencia advirtió además que quienes, pese a las recomendaciones, consideren viajar a Venezuela deberían elaborar previamente un testamento, designar beneficiarios de seguros y establecer un mecanismo confiable de comunicación con familiares o empleadores, ante la dificultad de recibir apoyo consular.
Washington recordó que desde marzo de 2019 su embajada en Caracas permanece cerrada, por lo que no existen servicios consulares disponibles. “El gobierno de Estados Unidos no puede asistir en la reposición de pasaportes ni en trámites migratorios dentro de Venezuela, ni garantizar ayuda en un eventual plan de evacuación”, señaló el aviso.
El pronunciamiento concluye con un llamado contundente: cualquier persona con ciudadanía estadounidense o estatus de residencia permanente en EE.UU., incluso si porta pasaporte venezolano o de otro país, debe abandonar Venezuela cuanto antes. “No viaje a Venezuela bajo ninguna circunstancia”, puntualiza la alerta.