Las detenciones de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos alcanzaron su punto más bajo en 55 años, de acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés). Durante el año fiscal 2025 se contabilizaron 237 mil 565 arrestos, la cifra más baja desde 1970 y una reducción sin precedentes en comparación con los últimos años.
El informe oficial detalla que del total de aprehensiones, más de 172 mil ocurrieron en los primeros meses del año, cuando aún se encontraba en funciones la administración de Joe Biden, mientras que el resto, poco más de 65 mil detenciones, se registraron tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. En conjunto, el número total representa una caída del 87 por ciento frente al promedio anual de los últimos cuatro ejercicios fiscales, estimado en 1.86 millones de arrestos.
El DHS atribuyó la reducción a una política fronteriza “más estricta y efectiva”, impulsada por el gobierno federal desde el inicio del nuevo mandato. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que “Estados Unidos tiene hoy la frontera más segura de su historia”, y destacó que septiembre cerró con un promedio de apenas 279 detenciones diarias, sin que se registraran liberaciones de migrantes por parte de la Patrulla Fronteriza en la región suroeste del país.
La caída coincide con el endurecimiento de las medidas migratorias aplicadas en los últimos meses. Entre ellas, la revocación de las directrices que impedían realizar arrestos en espacios considerados “sensibles”, como hospitales, iglesias o escuelas, y la puesta en marcha de operaciones urbanas en ciudades del interior, como el operativo “Midway Blitz” en Chicago, enfocado en identificar y deportar inmigrantes con antecedentes criminales. Paralelamente, el gobierno estadounidense ha ofrecido incentivos económicos de hasta 2,500 dólares para menores migrantes no acompañados que acepten regresar voluntariamente a su país de origen.
Si bien el gobierno federal considera la disminución de detenciones como una muestra de éxito en materia de seguridad fronteriza, distintos especialistas advierten que el descenso también podría reflejar un cambio en las políticas de registro y en la forma de contabilizar los cruces irregulares. Organizaciones civiles y grupos de derechos humanos alertan además sobre el impacto humanitario de estas medidas, que podrían estar empujando a los migrantes a rutas más peligrosas o fuera del alcance de las estadísticas oficiales.
El DHS no precisó aún cuántas de las detenciones derivaron en deportaciones inmediatas ni el desglose por nacionalidades, aunque informes previos señalan que la mayoría de los migrantes detenidos en los últimos meses provenían de México, Guatemala, Honduras y Venezuela. En tanto, la Casa Blanca asegura que continuará fortaleciendo el control fronterizo como una de las prioridades centrales de la nueva administración.