La búsqueda de vida fuera de la Tierra recibió un nuevo impulso tras el anuncio de astrónomos sobre la detección de indicios prometedores en la atmósfera del exoplaneta K2-18b.
Un equipo científico estadounidense-británico detectó rastros que consideran los “más prometedores hasta la fecha” de una posible presencia de vida, aunque los resultados aún deben ser confirmados.
El hallazgo reaviva el debate sobre por qué, dado el inmenso tamaño y la edad del universo, aún no hemos entrado en contacto con civilizaciones extraterrestres.
Esta pregunta, popularizada por el físico Enrico Fermi en 1950, dio origen a la “Paradoja de Fermi”: si hay tantas posibilidades de vida extraterrestre, ¿dónde están todos?
El “gran silencio”, como se conoce la ausencia de contacto extraterrestre, ha generado decenas de hipótesis.
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Desde la posibilidad de que simplemente estemos solos, pasando por que los alienígenas nos observan en secreto (“hipótesis del zoo”), hasta teorías más oscuras como la del “bosque oscuro”, donde las civilizaciones se ocultan por temor a ser destruidas.
Algunos científicos sugieren que un “gran filtro” impide que la vida se desarrolle o supere un cierto nivel tecnológico, llevando a la autodestrucción o al agotamiento de recursos.
Otras teorías más especulativas incluyen la creación de una ilusión de vacío en el espacio (“hipótesis del planetario”) o la trascendencia de los extraterrestres a otro plano de existencia.
A pesar del misterio, la mayoría de los científicos creen probable la existencia de vida extraterrestre, incluso formas de vida inteligentes.
El reciente descubrimiento en K2-18b, aunque preliminar, alimenta la esperanza y continúa impulsando la búsqueda de respuestas en la inmensidad del cosmos.
“Todas las soluciones [a la paradoja de Fermi] parten del principio de que todos los tipos hipotéticos de civilizaciones extraterrestres se comportan de la misma manera y para siempre”, explica el director del Centro de Inteligencia Extraterrestre en la Universidad Estatal de Pensilvania, Jason Wright, destacando la complejidad del enigma y la necesidad de mantener una mente abierta en la búsqueda de vida en el universo.