La catástrofe climática que azotó el estado de Rio Grande do Sul entre mayo y julio ha dejado un rastro de destrucción sin precedentes, con pérdidas estimadas en 87 mil millones de reales, equivalentes a unos 15 mil millones de dólares.

El dato fue revelado el domingo por el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, en una conferencia de prensa en Brasil.

Las lluvias torrenciales y las inundaciones que se desataron en la región afectaron al 90 % del territorio y a 2.4 millones de personas, lo que convirtió al desastre en uno de los más graves en la historia del estado. La tragedia dejó un saldo de 183 muertos y 27 desaparecidos.

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Goldfajn explicó que la cifra de pérdidas representa 1.8 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil proyectado para 2024.

El BID ha tomado medidas concretas para ayudar en la recuperación de la región, destinando 4 mil millones de reales (aproximadamente 727 millones de dólares) para la reconstrucción de la infraestructura y el apoyo a las comunidades afectadas.

Goldfajn insistió en la gravedad de la situación, señalando que “Rio Grande do Sul nos mostró que es grave, no es solo el Amazonas o la sequía lo que estamos viendo ahora. Debemos continuar el seguimiento de la situación”.

El presidente del BID también alertó sobre los efectos del cambio climático en la economía de los países de la región, enfatizando la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva ante situaciones similares en el futuro.

Se espera que el informe completo sobre la evaluación de daños, elaborado junto con el Banco Mundial (BM) y la Comisión Económica para América Latina (Cepal), sea publicado en los próximos días.