De acuerdo con el estudio “El Estado del Lugar del Trabajo 2023” realizado por Gallup, el estrés laboral, conocido como el mal del siglo XXI, se mantiene en niveles récord.

El fenómeno ha venido en aumento durante más de una década, siendo el estrés de los empleados un factor que se ha agravado, especialmente durante la pandemia de 2020.

El estrés laboral se define por la presión creciente en el entorno laboral que puede ocasionar una sobrecarga física o mental en los trabajadores, teniendo consecuencias que van más allá de la salud individual y afectando también el equilibrio entre la vida personal y laboral.

Es importante destacar que el estrés es contagioso, siendo capaz de afectar a toda una empresa. La mera exposición a personas que sufren de estrés laboral puede aumentar los niveles de cortisol en los observadores.

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Entre las causas de estrés laboral se encuentran el mal liderazgo, la mala organización del trabajo y la falta de equilibrio entre la vida laboral y personal. Para prevenir el estrés y su propagación, las organizaciones deben intervenir de forma oportuna.

Es importante que las empresas intervengan en el clima laboral y brinden a los colaboradores estrategias para afrontar y gestionar el estrés; si la empresa no puede hacerlo, también es fundamental capacitar a los empleados para que aprendan a manejar el estrés, gestionar su tiempo y autocuidarse.

La prevención y el manejo efectivo del estrés laboral son elementos clave para mantener un ambiente laboral saludable y productivo, ya que no solo beneficia a los empleados individualmente, sino que también contribuye al bienestar y desempeño general de la empresa.