Un nuevo estudio publicado en PLOS One revela que la tasa de fertilidad de 2.1 hijos por mujer, considerada hasta ahora como el índice de reemplazo poblacional, podría ser insuficiente para asegurar la supervivencia a largo plazo de la humanidad.
Investigadores liderados por Takuya Okabe señalan que ese número, basado en condiciones ideales, no considera factores como la infertilidad (que afecta a uno de cada seis personas según la OMS), el estrés, la desigualdad en el acceso a tratamientos de fertilidad y la simple decisión de no tener hijos.
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El estudio, mediante simulaciones que incorporan dichas variables, sugiere que una tasa de fertilidad de al menos 2.7 hijos por mujer es necesaria para evitar una “extinción silenciosa”: una lenta erosión demográfica que conllevaría la desaparición de apellidos, lenguas y culturas.
Esta investigación llega en un momento en el que la población mundial está entrando en una fase de envejecimiento y disminución de nacimientos, generando dudas sobre la sostenibilidad de las sociedades del futuro.
La superpoblación, una preocupación dominante en el pasado, parece haber cedido el paso a la amenaza de un futuro sin suficientes niños.