Los bombardeos de represalia de Estados Unidos la madrugada de este 3 de febrero contra posiciones de milicias proiraníes en Siria e Irak dejaron casi 40 muertos en ambos países, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos y el Gobierno iraquí.
Al menos 23 personas murieron en los bombardeos estadounidenses en el este de Siria, de acuerdo con el Observatorio, una ONG con sede en Reino Unido.
El Gobierno iraquí denunció que al menos 16 personas, entre ellas civiles, murieron en el oeste del país como consecuencia de estos primeros ataques aéreos de Washington en represalia por la muerte de tres de sus soldados en Jordania, una acción que atribuye a las milicias proiraníes de Irak. Estados Unidos anunció que los ataques “continuarán”.
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Horas antes de los ataques, el presidente estadounidense Joe Biden asistió a la solemne llegada a una base del noreste de Estados Unidos de los restos mortales de los tres militares fallecidos el domingo 28 de enero en un ataque atribuido por Washington a grupos apoyados por Irán.
Dos horas después de que se cerraran las puertas del furgón mortuorio, el ejército norteamericano entró en acción. La operación duró unos treinta minutos y fue “un éxito”, declaró la Casa Blanca.