Aunque el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, afirma que las armas de tipo militar incautadas a criminales en México no provienen del ejército estadounidense, es difícil confirmarlo, ya que el gobierno estadounidense reconoce que a veces se extravían armas militares y no mantienen un registro preciso de sus arsenales.

El subsecretario del ejército estadounidense, Gabe Camarillo, declaró en octubre de 2023 que a veces no saben dónde se encuentra todo su equipo excedente.

Además, algunas armas que otros países consideran militares se venden legalmente al público debido a las leyes laxas de control de armas; por ejemplo, en 2021, el registro nacional de ametralladoras en posesión legal de civiles superaba las 700 mil unidades.

En ese contexto, el gobierno estadounidense enfrenta dificultades para rastrear la lista de armas de alto poder que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) entregó a una delegación de Estados Unidos el 19 de enero.

Un portavoz del Departamento de Estado afirmó que no tienen evidencia de que organizaciones criminales trasnacionales en México estén utilizando armas militares estadounidenses.

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Hasta el momento, funcionarios estadounidenses no habían respondido a preguntas sobre si su gobierno había verificado si las armas incluidas en la lista de la Sedena, como 221 ametralladoras automáticas, 56 lanzagranadas y una docena de lanzacohetes incautadas en México en 2018, que provenían de arsenales militares estadounidenses.

El Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y los marines reconocieron que pistolas, ametralladoras, escopetas y rifles automáticos de asalto desaparecieron de armerías, almacenes, naves de guerra, campos de tiro y otros lugares donde fueron utilizadas, almacenadas o transportadas.

Incluso los funcionarios del Pentágono no pudieron responder preguntas sobre la cantidad de armas de fuego perdidas, robadas o de ubicación desconocida, ni proporcionaron una copia del informe anual más reciente que deben entregar al Congreso.

A pesar de todo, hasta la fecha, el gobierno estadounidense sigue afirmando que no tiene conocimiento de que esas armas y otro equipo militar hayan ingresado a México.